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Cnel. (R) FAH
Francisco Zepeda Andino
El 19 de marzo, tras una inexplicable tardanza de casi 2 años y medio, el Congreso Nacional ratificó el Tratado Bicentenario, suscrito en octubre, 2021, entre Honduras y Nicaragua. Antecedente de lo anterior es la sentencia de la Corte Internacional de Justicia, 11 de septiembre 1992, en el diferendo fronterizo entre Honduras y El Salvador, culminando con la invasión armada salvadoreña julio 1969. En ese procedimiento jurídico, Nicaragua solicitó a la CIJ intervenir basada en el Articulo 62 del Estatuto de la Corte aduciendo un interés de naturaleza legal y mediante resolución del 13 de septiembre, 1990, aceptó la solicitud de Nicaragua.
Una vez se establece el cese de fuego entre Honduras y El Salvador, 18 julio, 1969, nuestro país, en respuesta a la agresión salvadoreña, cierra totalmente el paso de personas y bienes salvadoreños hacia el sur por la frontera El Amatillo, Valle y hacia el norte por El Poy, Ocotepeque. El daño económico recibido obliga a El Salvador entrar en un proceso de negociación y finalmente, el 30 octubre, 1980, en Lima, Perú, se firma el Tratado de Paz entre las dos naciones, evento en el cual tuve el honor de estar presente.
Al no poder llegar a una delimitación definitiva de fronteras, en 1986 se somete a la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia, para su resolución. Así llegamos a la sentencia ya referida. En lo concerniente al Golfo de Fonseca, El Salvador siempre había argumentado tener frontera marítima con Nicaragua dentro y fuera del golfo. (Art. 84 de la Constitución salvadoreña), y mediante maniobras amedrentadoras hostigaban naves de la Fuerza Naval de Honduras en zonas que ellos consideraban salvadoreñas, lo cual dejaba a nuestro país encerrado sin opción a mar territorial, plataforma continental y zona económica exclusiva.
En su argumentación escrita y oral ante la CIJ, El Salvador presentó varias posiciones que es necesario recordar ahora. Una de ellas era que las aguas a lo interno del golfo estaban sujetas a un condominio y por lo tanto no requerían delimitación, lo cual fue rechazado por Honduras y Nicaragua y la Corte fijó su posición al introducir el término “cosoberanía”. Algo de suma importancia y pernicioso para nosotros, era el concepto salvadoreño, en detrimento directo y obvio para Honduras, como en el golfo existía un “golfo interior” y otro “exterior”, lo cual desconocía totalmente los derechos hondureños dentro del mismo y en el Mar Pacífico. En mayo del 2000 se firma en San Salvador la Declaración Trinacional entre Guatemala, El Salvador y Nicaragua, con un aparente fondo integracionista económico, pero vulnerando derechos de soberanía hondureña en el golfo ya establecidos por la CIJ desde 1992.
En un aparente aporte a la posición de encerrar a nuestro país, la Revista Ahora, año 1004, septiembre 2000, San Salvador, publicó un mapa titulado “Pretensión salvadoreña según El Salvador” donde en forma muy clara se dibuja la espuria intención. La CIJ fue contundente en rechazar esa pretensión al fallar en el párrafo 432 de la sentencia que el Golfo de Fonseca es una bahía histórica, con soberanía para El Salvador, Honduras y Nicaragua, excluyendo la franja de 3 millas marítimas de soberanía exclusiva de los tres Estados ribereños y lo ya delimitado entre Honduras y Nicaragua desde junio, 1900. Además, y de toral interés para nuestra nación, decide y considera la línea de cierre extendiéndose desde Punta Amapala en El Salvador hasta Punta Cosigüina en Nicaragua, como la línea de base y desde su parte central se deben medir el mar territorial, plataforma continental y zona económica exclusiva de los tres Estados ribereños
Sin lugar a duda alguna, la Corte señala en el párrafo 418 que hay una presencia tripartita en la línea de cierre del golfo, que Honduras no está “encerrada” y algo que hemos encontrado en la relectura reciente de la sentencia, la CIJ afirma “Honduras tiene, por mucho, la línea de costa más larga del golfo y LA UNICA LINEA DE COSTA DEL GOLFO DE FRENTE AL OCEANO” (Las mayúsculas son nuestras). Y eso es fácilmente visualizado al observar el mapa del Golfo de Fonseca donde se puede apreciar que la línea costera dentro del mismo de El Salvador está orientada en dirección sureste (hacia Nicaragua) y la de Nicaragua en dirección noroeste (hacia El Salvador). Continuará.
